El sistema nervioso somático (SNS) está formado por neuronas sensitivas que llevan información (por ejemplo, sensación de dolor) desde los receptores sensoriales (de los órganos de los sentidos: piel, ojos,
etc.) –fundamentalmente ubicados en la cabeza, la superficie corporal y
las extremidades–, hasta el sistema nervioso central (SNC), y por
axones motores que conducen los impulsos a los músculos esqueléticos,
para permitir movimientos voluntarios como saludar con la mano o
escribir en un teclado.
El SNS abarca todas las estructuras del sistema nervioso periférico
(SNP), encargadas de conducir información aferente (sensitiva)
consciente e inconsciente, y también de llevar información del control
motor al músculo esquelético.
Como vemos, el sistema nervioso somático tiene dos vías:
Una de entrada, por donde recibe la información (vía sensitiva
somática o aferente somática), que está relacionada con la temperatura,
dolor, tacto, presión, los sentidos especiales (visión, audición, gusto y olfato), y la información que proviene de los músculos y de los tendones, que da cuenta de su estado.
Junto con toda esa información que se recibe, que es somática, el
sistema también propicia una respuesta somática o efectora (motora)
voluntaria, que corresponde a la contracción del músculo esquelético.
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